Berlín

Por separado, Mari y yo habíamos visitado ya algunos paises europeos, pero juntos, Alemania, fue nuestro primer viaje fuera de España, en 2006. Las ciudades que visitamos fueron las de Duisburg y la de Berlín.
El avión nos dejó justo a mitad de camino de las dos ciudades, en Hannover. En realidad solo íbamos a Berlín, pero coincidían las fechas con el concurso bianual de Peces Disco en Duisburg y sobre la marcha sin pensarlo, alquilamos un coche para ir en dirección opuesta a nuestro principal destino.
Paisaje desde la autopista
Las afamadas y bien reputadas carreteras alemanas, tienen ganada a pulso su calificación. Son impresionates. Kilómetros y más kilómetros de autovías con tres carriles para cada sentido, bien asfaltadas, concurridas por un parque móvil moderno,  y sin límites de velocidad por casi todo el camino. Ahora bien, dónde el límite lo situaban a 60 kms, los conductores reducían hasta esa velocidad sin excepciones.
Como nuestro primer destino, Duisburg, fue sin planearlo, sobre la marcha, llegamos despistadísimos a la ciudad, no sin equivocarnos unas cuantas veces.
A pesar de no ser una ciudad nombrada para el turista, la recordamos como una ciudad grande.
Localizamos el local dónde se hacía el evento, y encontramos un hotel de la franquicia Ibis cerquita, donde nos alojamos por esa noche, para por la mañana ir a disfrutar del mayor punto de encuentro de los aficionados al Pez Disco de Europa.  

Click en ésta foto y ven a ver Duisburg 2006
   A media tarde, emprendimos de nuevo el camino en dirección a Berlín. Después de unas seis horas de conducción por las impolutas autopistas, llegamos justo a las afueras de unas de las capitales más importantes de Europa.
Llegados a este punto, tenemos que decir, que el verdadero motivo de nuestro viaje a tierras Alemanas, era para ver la posibilidad de comprar un coche.
El plan inicial era el siguiente, comprar el coche, si nos convencía claro, y bajar con él hasta España, para allí embarcarlo hasta Tenerife.
Para ello disponíamos de unos cinco días más o menos, pero nos salió todo al revés como podréis leer a continuación.

Después de recorrer un impresionante distrito, donde solo habían fábricas y naves industriales donde vendían coches de todas las marcas, calidades y precios (creo recordar que la avenida se llamaba Rhin). Llegamos a la dirección que teníamos anotada, en fecha y hora puntuales para cumplir con nuestra cita.

Flipamos con la profesionalidad y el exquisito trato que nos dieron allí. Los vendedores de coches de aquí ni se imaginan con qué nivel hacen trato estos alemanes. En éste sector, lo siento por mis compatriotas, están claramente por encima y deberían aprender de ellos.
La anécdota de la reunión, fue la conversación a tres bandas que mantuvimos en inglés. Tuvimos un pequeño problema con los acentos canarios y el suyo berlinés. El chico me entendía a mí, pero yo a él casi nada. Mari lo entendía a él, pero él a Mari casi nada. O sea que nos la pasamos yo hablándole a él, él a Mari y Mari traduciéndome a mí, para yo poder contestarle a él. Reímos un buen rato ya que según él, nosotros éramos: The perfect team!
Bueno, esta conversación cambió por completo nuestra visita, pues son tan buenos vendiendo y lo tienen todo tan bien estudiado, que por un precio infinitamente mejor que si lo hubiésemos hecho nosotros, pagando matriculas y seguro provisionales, combustible, peajes, alojamientos, pasajes del barco para el coche, etc, ellos nos lo ponían en Tenerife directamente, sin más.
O sea que, nos sobraron unos cuantos días para conocer Berlín fondo.
 Bueno, como no teníamos nada planeado, una buena opción para conocer una gran ciudad europea, son los buses que hacen un circuito turístico y que se han implantado en casi todos los lugares del mundo.
Nosotros un día nos recorrimos la ciudad a pie, nos pareció una ciudad un poco fría de edificios inmensos, pero claro, no nos enterábamos de qué era cada cosa. Cuando al segundo día hicimos el tour en el bus, nos dimos cuenta que habíamos paseado por casi todos los lugares de interés, sin saberlo, sin enterarnos de dónde estábamos. Muy listos nosotros, pero bueno, por lo menos hicimos deporte.
Ese primer día, lo que nos dejó impresionados, con la boca abierta, pues jamás habíamos visto nada parecido, y aún no creo que hayamos encontrado algo similar tan avanzado y funcional, fue la Super Estación de trenes de Berlín.
Entramos a ella, atraídos por la cantidad de gente que se dirigía hacia allí y por la enorme fachada acristalada del exterior, mientras buscábamos un sitio para almorzar y para buscar un ciber donde mandar unos correitos e informarnos de qué hacer alli. No nos imaginábamos realmente que era, hasta que entramos.

Cuando vimos el interior, nos quedamos pasmados. Andenes con trenes circulando arriba, otros nos cruzaban por abajo, más trenes y andenes en el sótano, centros comerciales con tiendas a los lados y una incesante multitud de gente dirigiéndose para aquí o allá...IMPRESIONANTE.
 



A partir de aquí, convertimos la estación, en nuestro punto de referencia. Por las mañanas desayunábamos en ella, nos conectábamos en un cíber a internet, buscando información de qué ver y qué hacer, para luego dirigirnos hacia un punto u otro de la ciudad.


Ese primer día, atardeciendo, nos enteramos que era fiesta en Berlín. Celebraban la unificación de las dos alemanias tras la caída del muro. Comenzó una leyenda nuestra particular, porque cada vez que vamos de viaje a algún sitio, allí se ponen de fiesta. Nosotros decimos que los festejos nos persiguen, que cuando se enteran de que vamos, ¡lo celebran por todo lo alto!
Tenían una de las principales calles cortadas, la zona que denominan MITTE, en el centro de la ciudad,  llena con chiringuitos de comida y cerveza. ¡Nos pusimos morados!

Una anécdota divertida, fue cómo nos enteramos de que las jarras de cerveza, se alquilaban. Me puse a discutir (de buen rollo y con sonrisas por ambas partes,por supuesto) con un hombre, él en su idioma y yo en el mio a veces, a veces en inglés, daba igual, el no hablaba sino el suyo, porque me quería cobrar unos tres euros más cara la jarra de cerveza que lo que anunciaba en el precio, hasta que nos dimos cuenta fijándonos en la gente, que esos euros de más, era por la jarra.
 La podías rellenar en el chiringuito que quisieras al precio de la cerveza y la podías entregar cuando quisieras en cualquier puesto, que en ese te devolvían los tres euros...muy prácticos, así se evitan robos de jarras, o si te gusta, pues te la llevas a tu casa por tres euros.

En unos pocos días nos dio tiempo de ver numerosos lugares de obligada visita si estas allí. Ya no recordamos exactamente en qué orden lo hicimos, pero siguiendo la cronología de nuestras pésimas fotografías, pasamos a enumerar alguno de los puntos de interés en los que estuvimos.

En la zona de Tiegarden, que va desde el zoológico hacia la puerta de Branderburgo, pasamos varias veces por sus principales atractivos turísticos.



Uno de ellos es PostDammer Platz, una de las plazas más transitadas por los alemanes. Tras la segunda guerra mundial, quedó separada por el muro hasta su caída, en la que los berlineses la reconstruyeron.









En la misma zona, se encuentra la sede del parlamento alemán, Reichstag. Otro enorme edificio donde se puede subir a la cúpula, donde hay un mirador.



En pleno corazón de Tiegarden, en la rotonda Grosser Stern, se levanta unos 67 metros de altura la Columna de la Victoria, que conmemora las hazañas bélicas de Prusia en el Siglo XIX y a la que también se puede subir a un mirador.





En esta misma zona, también tuvimos la oportunidad de visitar los espectaculares edificios del Sony Center, donde hay restaurantes, salas de cine y tiendas. Destaca en el medio, una estructura de vigas de acero, que imitan una tienda de campaña, que se ilumina con diferentes luces de colores.




Y por supuesto, el parque del que esta zona o distrito toma su nombre, Tiegarden. Uno de los parques urbanos más grandes del mundo, de 210 hectáreas y está dividido en dos por la Avenida del 17 Junio. En él y cercanos a él, se encuentran algunos de los símbolos de la ciudad que hemos mencionado hasta ahora.


En la zona denominada Mitte, estan alguno de los lugares más emblemáticos de Berlín.
El bulevar principal se llama Unter de Linden, Bajo los tilos.



Realmente bonita nos resultó la zona de la Puerta de Branderburgo. Llegamos a ella anocheciendo y con una luna llena espectacular.

De ahí fuimos paseando a la zona donde esta el monumento al Holocalusto, que no es sino un enorme espacio con más de 2.700 bloques de hormigón de diferentes tamaños, que simulan algo así como ataudes y que estan dedicados a las victimas judias del genocido nazi.




El templo evangelista de la Catedral de Berlin, es otro de los edificios emblemáticos de la cuidad. En realidad no fue nunca catedral, ya que en ella no vivió nunca ningún obispo. Es visible desde muchos puntos de la ciudad.






De casualidad fotografiamos la Iglesia Neogótica, Pues cuando nos tropezamos con ella, no sabíamos exactamente qué era, pero nos llamó mucho la atención por sus dos torres y su color rojo. Muy bonita.




Una de las paradas que ofrece el bus turístico de la ciudad, es la Plaza Gendarmenmarkt. Es una plaza muy bonita que consta de tres partes. A ambos lados de la misma, dos catedrales, y en el medio, la sala de conciertos con pórtico de inspiración griega.



En la fotografía, a mi espalda, el Konzerthaus Berlin o Sala de Conciertos de Berlín y la Catedral Alemana o Deutscher Dom, respectivamente en su nombre original.





Y a la espalda de Marijose, la Catedral Francesa o Französischer Dom, en el lado opuesto de la misma plaza.


El Bus turístico pasa por otra de las zonas de Berlín, la de Charlottenburg. En esa parte, una de las paradas que hace, es en el Palacio del que toma su nombre.



EL Palacio de Charlottenburg. Nos enteramos de que así se llamaba gracias a las explicaciones de la audio-guía del bus, ya que habíamos pasado varias veces enfrente del edificio, pero claro, como dice el dicho popular, el que no sabe, es como el que no ve.



En esa misma zona, descubrimos por nuestra cuenta, sin buscarlo y desde el primer día, por pura casualidad, uno de los lugares más bonitos y que más recuerdos agradables nos trae, pues lo frecuentamos prácticamente a diario al atardecer, haciendo tiempo hasta la hora de cenar.
La iglesia de Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche la iglesia del recuerdo


Es una iglesia que tenía originalmente cinco torres, pero que quedó prácticamente destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra mundial, conservando sólo, unos 68 metros de la torre principal.
No se reconstruyó, quedando como monumento conmemorativo de la Guerra, pero justo a su lado, se contruyó una nueva iglesia con planta octogonal y fachada de vidrio azulado, que hace del contraste entre lo antiguo y lo moderno un sitio único y especial de Berlín, de obligada visita.




Justo detrás de esa zona, hay una cuadra de calles, llenas de artistas callejeros, tiendas y restaurantes, donde casi cada noche, íbamos en busca de especialidades locales con las que delitar nuestro paladar.
Mal hecho, ahí empezaron nuestros problemas con esos dichosos kilitos de más, ¡pero que nos quiten lo bailado!



Una de las actividades que se pueden hacer, es pasear en barca por los canales de la ciudad, al estilo de Amsterdam. Puede parecer que no tenga el mismo encanto, pero realmente se puede pasar una tarde agradable paseando por la ciudad en uno de esos botes para guiris y viendo los puntos representativos de la ciudad desde otro ángulo, mientras disfrutas una cervecita alemana.






Pero la verdad, es que solo con pasear por las orillas de esos canales, se pueden ver unos paisajes muy singulares y pintorescos. 







Otra de las cositas que me hicieron ilusión hacer cuando nos la encontramos por el camino, fue entrar al AQUADOM, uno de los principales acuarios de Berlín, junto con el que está en el Zoológico.
Click aquí para ver el Aquadom


Ya que aprovechamos nuestro desplazamiento hasta tierras alemanas y nos desviamos para ver el campeonato de Peces Disco en Duisburg, ¡unos pocos más de peces no nos iban a hacer daño!
Hablamos un poco más detalladamente de él, en la página correspondiente de nuestro Blog de peces. Picando en la foto de Mari con la Langosta, podréis visitarla. Colocaré un botón en esa página para que podáis volver aquí.